Después de años de su prohibición, el cáñamo se levanta como una solución en diferentes ámbitos: medicina, alimentación, textil e inclusive, en la construcción.
En México el día de hoy se está a un paso de la regularización gracias a la aprobación del senado de la república quien a enviado la ley a la cámara de diputados para su aprobación.
La ola de legalización que poco a poco cubre al mundo, ha permitido que muchos países comiencen a ver al cáñamo como una solución a diversos problemas de la vida moderna. Uno de estos son los materiales que dañan nuestra biosfera. Sabemos que los materiales de construcción son sumamente contaminantes, y es por esto que el cáñamo se está reutilizando como material de construcción.
El proceso para convertir la planta en un material útil es relativamente sencillo. Se necesita la pulpa de cannabis seca y molida en trozos grandes, cal, arena y agua; mezclarlo y hacer los ladrillos. Este material tiene múltiples beneficios: es resistente al fuego, regula la humedad y el calor dentro de un espacio, soporta estructuras pesadas (30Kg por metro cuadrado) y es impermeable. Todo lo necesario para vivir cómodamente.
Además, el cultivo de cáñamo ayuda a regular el dióxido de carbono (CO2) en el ambiente al absorberlo para formar los tallos ricos en carbono que la planta necesita. Esto hace que esta variedad de cannabis sea útil para reducir la huella de carbono, ya que absorbe más CO2 durante su fase de crecimiento que el que utiliza para su aprovechamiento como material.